Adopta nuevos hábitos y consolídalos

La actitud con la que afrontas tu día a día, y los hábitos que adoptas en tu rutina, son las dos principales bases para lograr tus objetivos.

En esta ocasión nos vamos a centrar en los hábitos.

Según la RAE, un hábito es “el modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas”.

Como vemos, nuestros hábitos guían nuestro día a día, por eso son tan importantes. Si tienes unos hábitos sanos, productivos y orientados a la consecución de tus proyectos y objetivos, el camino hacia ellos te será mucho más fácil y corto.

En cambio, si los hábitos que sigues en tu rutina diaria no son productivos o no están orientados hacia tus objetivos, muy difícilmente vas a poder alcanzarlos.

Así pues, si te has propuesto un objetivo, lo primero que debes cambiar son tus malos hábitos, substituyéndolos por otros más idóneos a tu propósito.

Tu imagen es importante

Los hábitos que adoptes debes exteriorizarlos en tu imagen y en tu forma de ser. Esto te ayudará, paradógicamente, a interiorizarlos más. Debes creer en estos hábitos y comprometerte con ellos. A esto ayudará mucho que la imagen con la que los demás te ven comunique este cambio que has decidido para tu vida. Muestra a los demás tu mejor versión; esto te empoderará y afianzará tus nuevos hábitos y su consolidación.

Pero la imagen que adoptes, acorde a tus nuevos hábitos, debes creértela y estar cómodo con ella, pues al igual que debe comunicar a los demás, también debe comunicar a ti mismo. Trátate bien, empodérate y atrévete a ser quien realmente quieres ser; esto es crucial.

Si tú te ves de una determinada forma, y estas a gusto así, te será muy fácil exteriorizarla para que los demás también te vean de esa forma. El cambio debes verlo tú para que los demás también lo puedan ver.

Piensa en positivo

Tus pensamientos moldean tu subconsciente. Si acostumbras a tu cerebro a pensar de forma negativa, siempre verás las cosas con negatividad. En cambio, si acostumbras a tu cerebro a ver las cosas de forma positiva, afrontarás tu vida con positividad.

Cambiar la perspectiva desde la que ves e interpretas las cosas no es nada fácil, pero esto es un hábito más, uno especialmente importante, de hecho. Al principio te costará, pero si perseveras en ver las cosas de forma positiva, poco a poco normalizarás esa actitud y tu subconsciente se acostumbrará a ver las cosas desde esa perspectiva.

Obviamente esto no significa que la positividad deba cegarte. Sé realista, acepta las cosas como son, sin negar la verdad, pero siempre centrándote en lo positivo que hay en todo ello y relativizando lo negativo.

Recuerda que las cosas pueden afectarte solo hasta donde tú lo permitas. Eres el dueño de tu mente; tú decides el prisma desde el que ves las cosas y cómo reaccionas a ellas.

Cuatro claves para cambiar y consolidar los cambios

A continuación te ofrecemos cuatro claves, o pasos, que deberás realizar para adoptar nuevos hábitos, interiorizarlos, y consolidarlos para mantenerlos de por vida.

¿Qué quieres cambiar?

Hazte esta pregunta ya. Identifica qué es lo que no te gusta, lo que no funciona, lo que te lastra. Nunca podrás cambiar si no sabes qué es lo que debes cambiar. Parece obvio, y lo es, pero la gran mayoría de la gente nunca se hace este tipo de preguntas.

La clave está en las preguntas. Quien se haga las preguntas adecuadas, hallará las respuestas adecuadas.

Analiza tu rutina diaria e identifica los hábitos que quieras cambiar. Esto hazlo con calma, tomándote el tiempo que necesites, ya sean dos días, tres, una semana… Anota en un cuaderno o diario las cosas que veas en ti y en tu rutina diaria que quieras cambiar, para tener una referencia clara de cuantas son y cuáles. Una vez anotadas todas, lístalas por orden de más urgentes a menos, para así priorizar tus esfuerzos. Empieza por los más urgentes, por los hábitos que te son más nocivos y que más sabotean tu camino hacia el objetivo que te has marcado.

De igual manera, anota los hábitos que quieres adoptar y lístalos según la prioridad.

Especifica y concreta

Sé específico. Las vaguedades nunca llevan a nada.

Cuanto más concreto sueñes, más posibilidades hay de que se cumpla.

Para conseguir esto, vuelve a la lista de hábitos que quieras eliminar y los que quieras adoptar. Divide los objetivos en tareas más pequeñas y sencilla. Es mejor tener muchas tareas pequeñas, simples y específicas, que grandes objetivos complejos e inabarcables.

Elabora tu plan

Ahora, toca ponerlo todo en marcha. Las tareas y objetivos que te has marcado para adoptar de forma permanente los nuevos hábitos y abandonar los viejos, deben ser:

  • Específicos: como ya hemos visto, hay que soñar en concreto.
  • Medibles: Deben ser medibles para que puedas valorar, de forma fácil y clara, si los estás cumpliendo o no.
  • Alcanzables: Sé realista, no te plantees utopías que sabes que no vas a poder alcanzar.
  • Realistas: Debes marcarte objetivos que sepas que puedes realizar. Asegúrate de que tienes las herramientas y las capacidades requeridas para ello. Si no las tienes, busca otros hábitos que sí tengas la capacidad de adoptar, o busca la ayuda, la formación o la guía que necesites para poder hacerlo.
  • Programables: Sé específico también en los tiempos que te impones para adoptar estos hábitos y conseguir tus objetivos. Define las metas que debes haber cumplido en una semana, en un mes, en tres meses, en un año… 

Debes ser riguroso y no desviarte de estos objetivos que te has planteado, y todo esto mientras te centras, además, en cambiar tu forma de ver las cosas, con más positividad.

Celebra tus éxitos

Esto está muy relacionado con ser positivo. Un hábito más que debes adoptar desde ya es celebrar tus éxitos. Reconoce aquello que haces bien y cada uno de los pasos que consigues realizar, pues te van acercando cada vez más a tu objetivo. Felicítate por ello.

En relación con esto, no te mortifiques a ti mismo si algo no sale como esperabas. Aprende de los errores y ten siempre presente que cada error es una gran lección y que, además, te acerca más al éxito.

Trátate bien y háblate bien. Celebrando tus éxitos y relativizando tus errores, te estás motivando a ti mismo y de esta forma la consolidación de los nuevos hábitos te será mucho más fácil.

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Aquí información sobre las sesiones de Life Coaching:

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