Nunca es Tarde para Hacer lo que Verdaderamente Quieres

La sociedad en que vivimos y nos desarrollamos impone ciertas reglas y normativas para llevar la vida de una forma ordenada, según los preceptos sociales y lo  “correcto”, según el entorno en que nos encontremos.

Probablemente estas  reglas sociales nos llevan  a hacer cosas correctas, pero que no necesariamente son de nuestro gusto o agrado. Aceptamos lo que es nuestro deber, guardando siempre la esperanza de hacer en algún momento lo que verdaderamente queremos hacer; porque sentimos que eso nos hará, por fin, verdaderamente felices.

En muchos casos las personas viven para agradar  y complacer a la sociedad, aunque ellos no se sientan complacidos ni contentos con lo que están haciendo.

Es importante y necesario  que las personas puedan vivir sus sueños y aspiraciones, pues cuando se tiene que vivir los sueños de los demás, es cuestión de tiempo que aparezcan las frustraciones  y que, en consecuencia, la infelicidad se apodere de nuestras vidas.

¿Qué sentido tiene la vida?

A medida que nos vamos haciendo mayores, existe una gran propensión a sentir que algunas puertas y espacios se van cerrando o terminando para nosotros y nuestras posibilidades.

La frase tan común de “nunca es tarde”, pareciera escucharse cada vez con más frecuencia y,  en ocasiones, se vuelve desagradable porque parece un consuelo tonto más que una opción para seguir adelante.

Todos los seres humanos  debemos tener los pies bien firmes en la tierra y ser conscientes de la realidad que vivimos según nuestra edad, pero no por eso debemos dejar de mirar hacia el horizonte y las posibilidades que se pueden ir abriendo cada día para nosotros.

Cada etapa de nuestra vida puede ofrecernos las mejores oportunidades, y si las aprovechamos, nuestra vida siempre tendrá sentido; así, la podremos disfrutar de la mejor manera posible, aceptando siempre la realidad de nuestra condición, aptitud y actitud.

La vida es un constante aprendizaje

La vida, en todo su transcurrir, está llena de momentos buenos y otros no tan buenos, de éxitos y triunfos, pero también de fracasos y experiencias desagradables, con objetivos logrados y grandes y pequeñas decisiones tomadas.

Todas estas vivencias nos dejan un aprendizaje, pues en muchas ocasiones, todo será maravilloso y exitoso, pero en otros casos, las cosas no saldrán como esperamos y sentiremos que hemos fracasado.

De las buenas experiencias, y aún más de  las malas, debemos  tomar el aprendizaje correspondiente, analizando tanto lo que nos permitió triunfar como lo que nos llevó a fracasar, corrigiendo lo que haga falta para triunfar la próxima ocasión que debamos enfrentar situaciones similares.

Desde el momento de nuestro nacimiento, las experiencias que vamos teniendo en nuestra vida nos ayudan a forjar tanto nuestra personalidad como nuestro espíritu.

La  madurez obtenida es uno de los mayores tesoros obtenidos y favorecerán  nuestra capacidad para comprender y ayudar a quienes hayan vivido experiencias parecidas  a las nuestras.

No hay un tiempo límite para el aprendizaje, mientras tengamos vida, estaremos aprendiendo cosas nuevas cada día.

¿Sabes lo que verdaderamente quieres?

No existe un manual de reglas o sugerencias que debamos seguir para alcanzar la realización de nuestros sueños; cada quien tiene su propio manual, por así decirlo, para transitar el camino que le llevará a conquistar sus sueños.

Puede que desde muy joven tengas muy claro y establecido el camino y las acciones que seguirás para lograr tus sueños, inclusive, puede que hasta tengas una  edad establecida para alcanzar cada meta  que te hayas  planteado.

Otras personas, sin embargo, puede que estén llenas de dudas e incertidumbres y no logren establecer claramente lo que quieren de su vida y para su vida.

A medida que vamos creciendo y ganando años, si nuestras expectativas o metas no se han ido cumpliendo como alguna vez soñamos, empieza a formarse y crecer un vacío interior  y una sensación de fracaso se apodera de nosotros.

Sin embargo, aquí vale acuñar la frase, “nunca es tarde”; echa a andar y empieza a buscar las alternativas disponibles para alcanzar lo que verdaderamente quieres.

Práctica este ejercicio  para conocerte a ti mismo

Escribir a mano una actividad que puede ayudarte  a conectar contigo mismo.

Toma lápiz y papel y empieza  a escribir sobre ti y tus cualidades, lo que te gusta y disgusta, si eres introvertido o extrovertido, escribe sobre las cosas que haces y si siempre son las mismas, si eres rutinario.

La idea es descubrirte a ti mismo y darte cuenta de que nunca es tarde, que eres capaz de hacer lo que te propongas y alcanzar las metas y sueños que desees.

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