La actitud, según la RAE, es la “disposición de ánimo manifestada de algún modo”.
Así pues, se trata de la forma con la que vemos, interpretamos y respondemos a aquello que nos rodea. La forma en que nos afectan las cosas y el estado de ánimos que nos provoca.
Ser dueños de nuestra propia actitud es crucial. La manera en la que nos tomamos las cosas determina el modo en que respondemos ante ellas.
Por lo tanto, nuestra actitud es importantísima, puesto que determina, en gran medida, quienes somos.
La importancia de tener una actitud positiva
Teniendo en cuenta cuan determinante es en nosotros mismos la actitud con la que afrontamos la vida, es fácil entender la importancia de procurar que esta actitud sea positiva.
Si nuestra actitud es negativa, viviremos permanentemente en lo que yo llamo una “espiral de sumidero”. Siempre lo veremos todo con negatividad, desde el pesimismo. Y lo que es aún peor, esta actitud nos ancla en el inmovilismo; nos impide reaccionar y mejorar nuestra situación.
En cambio, una actitud positiva consigue todo lo contrario. Hace que veamos las cosas con optimismo y, además, suele ir acompañada de una actitud proactiva y de acción.
Si tienes proyectos, objetivos, planes y sueños, debes asegurarte de que tu actitud es la correcta, porque si no lo es, difícilmente conseguirás avanzar, lo que te llevará a la frustración, y esta te hundirá en la “espiral de sumidero”.
Una actitud positiva es imprescindible para llevar a cabo tus objetivos y alcanzar tus sueños, pero no es suficiente. Además, se necesita de una actitud proactiva, abnegada y de constante crecimiento y aprendizaje. Muy importante es, también, adoptar una actitud, o mentalidad, que te blinde ante los fracasos.
Saber responder ante un fracaso, utilizándolo para aprender y avanzar más hacia tu objetivo final, y no permitir que te ofusque ni frustre, es fundamental.
Tú tienes el control
La actitud con la que afrontas la vida es decisión tuya, y solo tuya. Aunque parezca que no sea así, la verdad es que, independientemente de las circunstancias, tener o no una actitud positiva es tu elección. Esa es, como dijo Viktor Frankl, nuestra última libertad. Las cosas nos afectan como decidimos que lo hagan, y nos hieren hasta donde nosotros lo permitimos, siempre y cuando tengamos el control de nuestra mente, nuestros pensamientos y, por ende, de nuestra actitud.
Algunas personas tienen el control de su propia actitud de forma natural, innata. Pero muchos no, y deben aprender a adoptarla y consolidarla en su día a día, aunque sean pocos los que lo intentan y menos aún los que lo consiguen. La clave está en tomar perspectiva, en ser realista y en no magnificar ni adelantar los problemas.
Actitud proactiva y ganadora
Como ya hemos dicho, además de tener una actitud positiva, se debe cultivar una actitud de acción. Hay que planificar las cosas, pero una vez hecho esto, hay que poner el plan en marcha de inmediato, sin procrastinar y sin escusas. Aprovecha cada oportunidad, ten un ánimo energético, ganador y proactivo. Y mantén esta actitud en todo momento, todos los días, pues nunca se sabe cuando se te va a presentar una nueva oportunidad.
Si mantienes desde ya esta actitud positiva y de acción, acabarás por convertirla en un hábito, en tu forma natural de desenvolverte en tu día a día.
Exterioriza tu actitud positiva y proactiva
Además de tener una actitud positiva y proactiva, debes exteriorizarla. Tú comunicas en todo momento, y es importante que la imagen que muestras refleje tu actitud. De esta forma la interiorizarás más y la consolidarás. Debes trabajar para que la gente te vea como tú quieres que te vea, como tú realmente quieres ser, ese en el que estás intentando convertirte. Eso te ligará más a tu propósito, puesto que además de trabajar por ti, estarás también trabajando por los demás, por no defraudarles, por no decepcionarles.
En este punto, es crucial que aprendas a comunicarte con los tuyos. No te calles las cosas, busca ayuda cuando la necesites y pide consejo cuando lo requieras. No te cierres; solos no podemos conseguirlo.
Por lo tanto, cultiva desde ya una actitud abierta, sincera, directa y amable. Mantente en paz con los tuyos y procura siempre tratar bien a los demás; esto es imprescindible.
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